El experimento de Helmore
La patrulla Turbinlite
Ilustración de un Havoc MkII Turbinlite. MPM
Cuando arreciaban las incursiones aéreas nocturnas de la Alemania nazi sobre Inglaterra, durante la II Guerra Mundial, los británicos desarrollaron algunas curiosas estrategias de combate. Entre ellas pocas con tan escaso éxito como el fracasado experimento Turbinlite de Helmore. Un Turbinlite era un poderoso reflector de nada menos que 2.700 millones de candelas (2.7 Gcd), desarrollado por William Helmore, que se montaba en el morro de cazas Douglas A-20 Havoc (codificados como «Satélites») de la RAF durante la primera parte de la Segunda Guerra Mundial. Estos aparatos debían iluminar objetivos para los cazas Hurricane (codificados como «Parásitos») pero en la práctica solo servían como un bonito objetivo brillante para los artilleros alemanes.
Tras primer vuelo de un Havoc I Turbinlite pilotado por el teniente coronel Clouston. Brookcreek
El 22 de mayo de 1941 se forma la primera patrulla Turbinlite de un total de diez escuadrones finales. La estrategia principal de las patrullas formadas por cazas «Satélite» y «Parásitos» era el siguiente: vuelo en formación mientras el «parásito» se encaminaba hacia el objetivo enemigo seguido por el «satélite». El radar Al del caza «satélite» se accionaba a una distancia del blanco de unos 6,4 kilómetros y permitía aproximarse hasta unos 460 metros del objetivo. Desde esta distancia avisa a su «parásito» del inicio del encendido del potente foco Turbinlite. Justo en ese momento, el «parásito» descendía unos 90 metros de altitud, metía motores y se acercaba a una distancia de 275 metros del objetivo para abrir fuego.
En la práctica el Turbinlite sólo era útil bajo condiciones atmosféricas favorables ya que su iluminación se hacía demasiado difusa con ligeras nubes o mal tiempo y además el Havoc se demostró como demasiado lento para poder alcanzar a la mayoría de los intrusos alemanes. A pesar de todo persistieron en sus operaciones. La patrulla 1452 perdió tres aviones en accidente (dos de ellos al colisionar un «satélite» con su «parásito») y la patrulla 1459 fue la única de todas ellas que consiguió obtener algún éxito cuando el 30 de abril de 1942 derriba un Heinkel He111 alemán. Durante las siguientes 16 semanas los escuadrones realizaron no menos de 100 salidas operacionales consiguiendo al menos once contactos con cazas alemanes pero sin derribar algún avión enemigo. Después de casi 18 meses de estériles esfuerzos los escuadrones Turbinlite fueron disueltos vencidos por sus escasos resultados y por la introducción de los radares SHF, el 25 de enero de 1943.
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