La Guardia de Asalto
Barricada de caballos muertos en la calle Diputació. Barcelona, 1936. Guardia de Asalto, Agustí Centelles
Una barricada de caballos muertos protege a los Guardias de Asalto en Barcelona durante la Guerra Civil. Las fuerzas republicanas consiguen sofocar el alzamiento en más de la mitad de España, incluyendo todas las zonas industrializadas. Todo ello gracias a la participación de las milicias recién armadas de socialistas, comunistas y anarquistas así como a la lealtad de la mayor parte de la Guardia de Asalto. Los Guardias de Asalto estaban formados por policías y paramilitares. Fueron algunos de los soldados más heroicos en la guerra civil española. En Madrid eran una fuerza revolucionaria compuesta casi exclusivamente de la juventud socialista. Su importancia en la lucha fue decisiva. Fueron ellos quienes en el primer par de meses salvaron prácticamente a la capital. No parece exagerado decir que casi ningún Guardia de Asalto madrileño seguía vivo después de seis meses.
Milicianos en Barcelona. El primero lleva en una mano una lata de sardinas y en la otra una pata de jamón. Agustí Centelles
La Guardia de Asalto fue un cuerpo policial creado durante la Segunda República para el mantenimiento del orden público. Tuvo una destacada actividad durante la Guerra Civil Española. Su fidelidad y valentía fue fundamental durante el estallido de la Guerra Civil y la gran mayoría se alineó con el gobierno de la República. Fue uno de los cuerpos armados donde menos apoyos tuvo la sublevación militar del 18 de julio: un 70% se mantuvo leal al Gobierno. Los Guardias de Asalto se distinguieron por su nobleza y la República les confiaba las operaciones más delicadas. Ya avanzada la guerra, el Cuerpo de Asalto se convirtió en la élite del nuevo Ejército Popular y gozó de gran prestigio entre la población republicana.
George Orwell lo reflejó en una de sus obras: «Eran unas tropas magníficas, con mucha diferencia las mejores que había visto en España (…). Yo estaba acostumbrado a las andrajosas y mal armadas milicias del frente de Aragón y no conocía que la República poseyera tropas como aquellas». Orwell: Homenaje a Cataluña, página 146.
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